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Sal de baño de cerveza 300 g (plástico)

Un relajante baño de cerveza con sal induce una sensación de placentera relajación. La sal aporta importantes minerales a la piel. Gracias a los extractos de lúpulo y turba, también tiene un efecto calmante, suavizante, tonificante y desintoxicante sobre la piel. La producción de este cosmético se basa en una nueva fórmula inspirada en los modernos baños de cerveza y en los efectos beneficiosos de la levadura de cerveza sobre la piel. La combinación de extracto de levadura de cerveza y lúpulo tiene excelentes efectos hidratantes, antisépticos y ligeramente cicatrizantes y antiinflamatorios. Con su uso se alivian las tensiones internas y externas, la fatiga y el estrés, se estimula el metabolismo y se consigue la relajación. Las sales de baño relajantes de cerveza no contienen colorantes químicos!


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Sal de baño de cerveza 300 g (plástico)

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Historia de los baños de cerveza

El baňo de cerveza como tal se explotaba hace 4.000 años en la India. Los antiguos chinos y egipcios también conocían los efectos beneficiosos de las hierbas sobre el cuerpo humano. La historia de la producción de cerveza se remonta al séptimo milenio antes de Cristo, cuando los antiguos sumerios la descubrieron, probablemente por error. Extraviaron el grano que cultivaban y se inventó el principio de la fermentación.

La relación entre la cerveza y los baños se conoce oficialmente desde la Edad Media, cuando se estableció el conocimiento de los efectos beneficiosos de los baños de cerveza a partir de las fuentes. En esta época ya se habían descubierto los efectos preventivos de los baños de cerveza y los baños de cerveza.

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Historia de la producción
y malta

La historia de la producción de cerveza se remonta al VII milenio a.C., cuando fue descubierta, de forma un tanto accidental, por los antiguos sumerios. El método de fabricación de la cerveza comenzó con el mal almacenamiento del grano que cultivaban. El grano se almacenaba en vasijas de barro en las que se vertía agua, y así se descubrió el principio de la fermentación.

El proceso de producción ha permanecido inalterado durante siglos: todo comienza con la molienda de la malta y la posterior elaboración de la cerveza. A continuación, se enfría el mosto y se utiliza levadura multiplicada, seguida de la fermentación principal. Este producto semiacabado se coloca en tanques de cerveza, donde la cerveza reposa y madura. Tras el reposo y la maduración, la cerveza se somete a un filtrado microbiológico y de sílex. Aquí es donde todos los amantes de la cerveza se alegran, porque después de estos procedimientos la cerveza se embotella y se despacha.

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